La desinformación puede ser la mayor amenaza individual para la salud de nuestra democracia. Cuando los estadounidenses no pueden ponerse de acuerdo sobre un conjunto de hechos, se vuelve imposible resolver las disputas y seguir adelante. Como hemos visto en las últimas tres elecciones, la desinformación, tanto extranjera como nacional, ha tenido un impacto perjudicial en la percibida legitimidad de nuestras elecciones. Aunque debemos respetarla Primera Enmienda, debemos combatir la desinformación.

 

Si es electo, Dan trabajaría para convertir en delito la difusión intencional de información falsa sobre las elecciones, incluido cuándo, dónde y cómo la gente puede votar. También debemos incentivar a las escuelas para que enseñen alfabetización mediática y cómo identificar fuentes cuestionables de información y desinformación. Debemos hacer que las empresas de tecnología rindan más cuentas exigiendo que las plataformas de redes sociales divulguen sus algoritmos para que los organismos de control independientes puedan proporcionar la supervisión que tanto se necesita.